La capital del Magdalena fue escenario de una serie de atentados sicariales en pocas horas, afectando a distintos puntos de la ciudad y encendiendo las alarmas sobre la seguridad.
El primer ataque se registró en horas de la mañana en la Avenida del Río, a la altura del sector conocido como Perehuetano.
La víctima, Daniel Zapata, oriundo de Medellín, se movilizaba en un vehículo Toyota color blanco junto a su compañera sentimental, Luisa Andrade. Sicarios en motocicleta lo interceptaron y le dispararon en repetidas oportunidades a través de la ventanilla del conductor.
Zapata perdió el control del vehículo, arrollando a un mototaxista y su parrillera, quienes resultaron con heridas leves.
La jornada continuó con un atentado sicarial que dejó una persona herida en el sur de la ciudad.
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