Durante años, una poderosa red de lavado de dinero logró mover millones de dólares del narcotráfico entre Colombia y Europa, ocultando las ganancias del Clan del Golfo bajo fachadas de exportaciones legales y transacciones con criptomonedas.

La estructura, que delinquía desde ciudades como Medellín, Pereira, Madrid e Ibiza, fue desmantelada en una operación conjunta de la Fiscalía General, la Policía Nacional, la Guardia Civil de España y Europol.

Entre los cinco capturados figuran los hermanos Pablo Felipe y Santiago Prada Moriones, conocidos como Black Jack y Marco, señalados como los cerebros financieros del esquema.

Según la Fiscalía y las autoridades que lideraron la operación, la organización combinaba métodos tradicionales y digitales para mover y ocultar recursos derivados

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