Argentina vive atrapada en una paradoja que se repite década tras década: cuando parece que el crecimiento se asoma, un nuevo temblor macroeconómico nos devuelve al punto de partida . Nuestro PBI per cápita se mantiene en niveles similares a los de mediados de los años 80. En más de diez años no hemos creado empleo formal de manera sostenida. La pobreza afecta a un cuarto de la población de manera estructural y la informalidad laboral promedia el 35%. El resultado es un país donde las expectativas se frustran y el horizonte colectivo se acorta.
Salir de esta dinámica requiere un cambio profundo: dejar de mirar la coyuntura como único norte y empezar a construir una estrategia de desarrollo sostenida en el tiempo . No existen soluciones mágicas ni atajos, pero hay un camino posib