En mecánica cuántica el efecto túnel se conoce hace un siglo, y consiste en el célebre fenómeno cuántico por el que una partícula viola completamente los principios de física y atraviesa ondulando (los objetos cuánticos ondulan) una barrera de potencial superior. La mayoría rebotan como pelotas en la pared, pero mira por dónde una se mete por un túnel inexistente y la traspasa. Efecto túnel, se llamó a eso, y el Nobel de Física de 1954 Max Born ya se sabía de memoria estas hazañas cuánticas que traspasan la física convencional y la lógica. Y si ahora hablamos de este túnel secreto, parecido a los que abundaban en las fortalezas medievales, no es porque al final del mismo se vea luz como asegura la cultura popular, o el alma de un difunto ascienda el Cielo, sino porque el Nobel de Física de

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