Hasta hace no mucho, Paulo Díaz era un jugador indiscutido en River Plate. Hasta portó la jineta de capitán. En julio del año pasado, el zaguero chileno firmó la extensión de su contrato con los millonarios hasta diciembre de 2027. Un parámetro concreto hablaba de la consideración que tenía en el club: además de garantizarle un sueldo top, de casi US$ 4 millones por temporada, la cláusula de rescisión se incrementó considerablemente. Pasó de US$ 8 millones a US$ 10 millones.
El defensor chileno tenía un rótulo de indiscutible. Había sobrevivido, incluso, a la discutida gestión de Martín Demichelis. Su comodidad era tal que dejó de lado una tentadora propuesta: como publicó El Deportivo, Al Qadsiah lo quiso llevar de vuelta a Arabia Saudita. Llegó a poner US$ 12 millones sobre la mesa.
De