La película es chiquita, tierna y melancólica. Se llama The Last Showgirl y fue dirigida por Gia Coppola (38 años, nieta de Francis Ford y sobrina de Sofía, tremendo ADN). Pero la frutilla del postre es el gran protagónico de Pamela Anderson (sí, la bomba sexy de Baywatch y Playboy sin bótox ni hilos de oro en la cara), lo que le otorga un encanto especial.

El filme cuenta la historia de Shelly, bailarina de un legendario cuerpo de coristas de Las Vegas al que le ha dedicado la vida, tanto que, a cambio de seguir entre concheros, tocados de plumas falsas y corpiños de strass, resignó la crianza de su hija, que creció con otra familia.

Ese mundo que defiende con orgullo se le empieza a derrumbar cuando le avisan que la compañía cierra para siempre. Los tiempos cambiaron, el públ

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