El sol de las 10 de la mañana asomaba sobre City Bell cuando Estudiantes detuvo su rutina habitual. No hubo gritos de indicaciones ni sonidos de pelotas rebotando. Solo silencio, respeto y emoción, desde la conducción de Eduardo Domínguez, capitaneados por Santiago Ascacíbar y todos comprometidos.
En el centro de la cancha principal del Country Club, los jugadores y el cuerpo técnico formaron un gran círculo en recuerdo por Miguel Ángel Russo , el símbolo eterno, el alumno ejemplar que se transformó en maestro y que hoy fue recordado en su casa, la de toda su vida .
"El sentido minuto de silencio de nuestro plantel profesional en memoria de Miguel Ángel Russo, quien perdurará eternamente en cada rincón de Estudiantes y será ejemplo para todos los que defiendan nuestra camiseta", exp