La figura del árbitro, muchas veces en el centro de la polémica deportiva, rara vez es vista desde el prisma humano. Sin embargo, el excolegiado sueco Jonas Eriksson, quien impartió justicia en los escenarios más importantes del fútbol mundial entre 2002 y 2018 , ha levantado el telón de lo que ocurría puertas adentro en la élite del arbitraje europeo. Y lo que describe no es precisamente un ejemplo de profesionalismo, sino un ambiente de control físico, miedo y humillación.

En su nuevo libro House of Cards, Eriksson relata con crudeza cómo fue formar parte del grupo de árbitros de la UEFA bajo la dirección de Pierluigi Collina, el mítico colegiado italiano que, desde su retiro en 2005, ha ocupado puestos clave en la estructura arbitral del fútbol europeo. Según Eriksson, la búsqueda

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