Bajo el poderoso mensaje de “Imparables”, nace un movimiento que trasciende a una persona para convertirse en un propósito colectivo. Es el llamado a todo venezolano —y a cualquier ciudadano del mundo— a creer que los sueños imparables no tienen límites, y que no se necesita tenerlo todo para sentirse completo, sino la convicción de que cada paso puede transformar la vida propia y la de otros.
Este mensaje tiene rostro y nombre: Juan Pablo Dos Santos, un joven de 26 años que correrá el próximo 2 de noviembre el Maratón de la Ciudad de Nueva York con prótesis en ambas piernas. Su historia no es solo personal, es un espejo de la esencia del venezolano: resiliente, creativo, solidario y suficiente para lograr lo que sueña, aun cuando las circunstancias parezcan adversas.
Hace seis años, un