Sentado en el Comedor de Estado de la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump instó a creadores de contenido de extrema derecha a denunciar públicamente a quienes apoyan al movimiento de izquierda Antifa, liderando una mesa redonda que rápidamente derivó en ataques a los medios.
El presidente había invitado a «periodistas independientes» el miércoles para referirse al nebuloso movimiento antifascista Antifa, al que su administración acusa de incitar a la violencia contra los conservadores y designó como «organización terrorista».
Pero Trump y sus invitados aprovecharon el evento para atacar a los medios tradicionales, culpándolos de exacerbar a los activistas «antifascistas» de izquierda, protagonistas de enfrentamientos cada vez más asiduos con grupos de extrema derecha.