Mañana viernes se cumplen dos semanas desde que empezó a operar el Hostel Velvet de ese barrio, sin licencia y con la “sospecha” de que acabe “convirtiéndose” en lo que inicialmente era su propósito: un centro de acogida de inmigrantes como el de Vallecas, o de estancias de entre uno y ocho días, para solicitantes de asilo recién llegados, hasta que se les deriva a centros más adecuados en acuerdo con CEAR u otra Ong.
Tres días después de la apertura ilegal, el Ayuntamiento confirmó que el establecimiento no tiene licencia de funcionamiento y anunció su cierre provisional.
Sin embargo, sigue operando, sin estar correctamente insonorizado y molestando con altos ruidos, especialmente a los que viven encima o bajo este “hotel”, cuyos clientes están 24 horas provocando ruidos no soportables