Doblando por Brandsen hay un medio tanque con chorizos y bondiola, un artefacto extraño para un funeral que casi siempre ofrece un café negro horrible. Son pocos metros hasta llegar a la puerta de la Bombonera y encontrarse a un amigo . Es un velatorio y se vive con tristeza, pero hay algo celebratorio también en la muerte . Y en el de Miguel Ángel Russo se llora, se canta y se sonríe con todos los dientes .
Es difícil explicar qué le pasó a la gente con la muerte de Miguel . Habrá sido porque peleó contra el cáncer desde 2017 y no le sacó nunca el cuerpo al fútbol. Exhibió con crudeza y con entereza la degradación de su cuerpo enfermo. En el último tiempo -cansado- pidió abandonar el tratamiento y hasta planeó su final con un viaje de despedida a Rosario y la ovación final en la B