Hay una parte de la población que piensa u opina de forma visceral, sin argumentar, sin deducir, ni aducir. Utilizan a los personajes públicos como muñecos de vudú donde descargan sus emociones, frustraciones o desengaños varios. Jorge Javier, Ayuso, Almodóvar, Pedro Sánchez, Feijoó, la Pantoja, Javier Bardem o Nacho Cano, da igual; cada uno recibe dardos envenenados de según qué bando o partido. Existe a continuación un revuelo de insultos y descalificaciones si uno apoya o es admirador de este o aquella. No puedo concebir que haya gente que guarde en su interior tanto asco/odio hacia determinados personajes públicos o políticos. Algunos vomitan bocanadas de lava ardiente. No sé si con ello se sentirán mejor anímicamente.

Antaño y hoy en día, muchos futboleros se dedican a acribillar al

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