Una crisis financiera personal puede afectar tanto la salud mental que lleve a condiciones graves como ansiedad, depresión y en casos extremos a la locura o pérdida del control emocional. El estrés financiero genera una presión e incertidumbre constante que puede causar insomnio, alteraciones en el sistema inmunológico, problemas cardiovasculares y cambios de comportamiento como irritabilidad, tristeza o apatía.

Además, el impacto en el bienestar emocional afecta la vida familiar, social y laboral, y puede llevar a mecanismos poco saludables como abuso de sustancias o incluso pensamientos suicidas. El estrés económico prolongado deteriora la salud mental porque genera sentimientos de vulnerabilidad, desesperanza y una sensación de no poder controlar la situación financiera.

Este ciclo ne

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