“Son caros”, “se recargan muy lentamente”, “tienen más riesgo en caso de accidente”, “pesan demasiado”... Que el coche eléctrico termine popularizándose será cuestión de tiempo y sucederá tarde o temprano, si bien es cierto que por el camino deberá ir superando muchos obstáculos en forma de prejuicios que tienen un mayor o menor fundamento.

Es lo que sucede cuando se produce un cambio disruptivo en algún ámbito de la sociedad. Por poner un ejemplo, dentro incluso del mundo de la automoción, cuando allá por el siglo XIX comenzaron a surgir los primeros vehículos de motor , ya había voces muy importantes, como la del emperador Guillermo II de Prusia, que aseguraba que el caballo (el animal, no el ‘mecánico’) no tenía rival frente a esos artilugios llamados ‘automóviles’ a los que

See Full Page