JORGE EDUARDO MURILLO MEJIA
Suena a disco rayado tener que escribir esta columna, sobre todo dirigida a funcionarios de alta envergadura y trayectoria, pero todos los años sin excepción sucede lo mismo y la palabra “quemados por la pólvora” se volvió parte del paisaje, siempre echándole la culpa al descuido de los padres y de los niños. No busquemos el ahogado río arriba, no espero a enero para oír estadísticas de disminución de tragedias, aceptando el indicador que es bueno, pero los resultados en la integridad de las personas, es nefasto. A pesar de que las autoridades sacan pecho con su gestión, los hospitales se llenan y los noticieros sacan unas imágenes que producen dolor. Por eso aplico la cantaleta unos días antes de iniciarse el posible dolor. Desde que me conozco cuando llega la