La gran paradoja de la reforma electoral en marcha es que, en palabras del gobernador Alfonso Durazo, no es para los partidos políticos, sino para los y las ciudadanas mexicanas; pero la instancia final donde se decidirán los términos de tal reforma es en el Congreso de la Unión, donde son precisamente los partidos políticos quienes habrán de aprobarla con sus votos. O rechazarla, o modificarla.

Si bien es cierto que la iniciativa de reforma aún no existe y precisamente para articularla son las audiencias populares que se están llevando a cabo en todo el país, lo que ha trascendido es que algunas propuestas son auténticos balazos en el pie de los partidos políticos, especialmente aquellos considerados minoritarios, entre los que se incluyen los aliados de Morena, como el PT, el Verde, el

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