Israel y el grupo extremista islámico Hamás han acordado una pausa en su devastadora guerra de dos años y la liberación de los rehenes restantes a cambio de prisioneros palestinos, un avance recibido con alegría y alivio, pero también con cautela.
Aún hay incertidumbre sobre algunos de los aspectos más espinosos del plan adelantado por el gobierno del presidente de EE UU, Donald Trump, entre ellos, si Hamás se desarmará y cómo, y quién gobernará Gaza. Pero las partes parecen estar más cerca de lo que han estado en varios meses de poner fin a una guerra que ha causado la muerte de decenas de miles de palestinos, ha destruido la mayor parte de Gaza y ha provocado hambruna en varias partes de ella, además de desencadenar otros conflictos armados en todo Medio Oriente y dejar decenas de rehen