En cuanto se enteró del regreso de la NBA a China, el fanático Buke Liu se apresuró a conseguir entradas, pagando casi US$ 1.000 —un precio que cabría esperar para un partido de las Finales de la NBA— por una entrada para un partido de pretemporada.

La NBA, una de las exportaciones deportivas más exitosas de Estados Unidos, goza de una enorme popularidad en China y representa un inusual punto de encuentro cultural entre dos naciones cada vez más vistas como rivales geopolíticos.

Para Liu, y para muchos aficionados chinos, ha sido larga la espera para poder ir a un partido. Los equipos de la NBA, repletos de estrellas mundiales, tienen prohibido pisar uno de los mercados extranjeros más grandes del baloncesto desde 2019, tras una polémica política que desató la ira de Beijing.

Y la deman

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