Cuando el presidente andaluz le cortó la cabeza a su ya exconsejera de Salud por la “crisis de los cribados” entiendo que sabía dos cosas. La primera, que este pequeño harakiri no frena la campaña orquestada por la oposición. Segundo, que las elecciones andaluzas serán “cuando toca”. Es decir, que agotará su legislatura hasta junio de 2026, sí o sí. Ya lo adelantó en varios foros la pasada primavera, pero ayer, con el Parlamento andaluz ardiendo, no hace falta ser un lumbreras para interpretar que en este último tramo tragará quina. Empuja el PSOE por la vía del sentimentalismo barato de las lágrimas en el escaño y las mujeres enfermas, porque recuerda que las Mareas Blancas se solidificaron en esa chinita en el zapato de Susana Díaz. “Por ahí empezó a entrar el agua”, y no tengo claro que

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