El persistente deterioro del río Bogotá en su tramo alto, pese a los controles y permisos ambientales otorgados al sector de las curtiembres, encendió nuevamente las alarmas de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca.
En una mesa de trabajo realizada en Villapinzón, el director general de la entidad, Alfred Ballesteros, lanzó un enérgico llamado de atención a los empresarios del cuero, al advertir que los avances en materia de descontaminación son prácticamente nulos.
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“El río está igual o peor que hace 15 años”, aseguró Ballesteros durante su intervención, en la que cuestionó la efectividad de los controles ambientales y la disposición de los industriales para transformar sus procesos productivos