Desde siempre, el ahorro de alimentos , su máximo aprovechamiento ha sido una de las máximas prioridades de la humanidad. Conseguir comida para sobrevivir resultaba una tarea fatigosa, que necesitaba mucho esfuerzo y cuando sobraba algo o se conseguía más de la necesaria para ese día, se guardaba para cuando volviera la escasez . El concepto derroche no entraba en el vocabulario de nuestros antecesores, que descubrieron que el frío era un buen conservante.
Los frigoríficos , las neveras en los hogares se convirtieron en un electrodoméstico presente en todos los hogares ayudando a conservar los alimentos y alargando algo su vida útil. Pero no es mano de santo y los productos acaban estropeándose , como atestigua el clásico medio limón en el cajón de las verduras .