La escritora estadounidense Audre Lorde dijo: “No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias”, esa reflexión resulta especialmente pertinente en el contexto actual de nuestro estado.

En los últimos días, la atención pública se ha centrado en la elección de la Mesa Directiva del Congreso local. Y es natural: se trata de un proceso relevante, que define no solo quién conducirá los trabajos legislativos durante el siguiente periodo, sino también el tipo de diálogo político que seremos capaces de construir entre fuerzas con visiones distintas, pero con un mismo mandato: servir a la ciudadanía.

Hubo tensiones, sí. Diferencias, también. Nadie puede negarlo. Pero lo importante, más allá de los nombres o las posiciones

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