Elon Musk , el multimillonario detrás de empresas como Tesla y SpaceX , vuelve a ser noticia por sus ambiciosos planes para el futuro de la humanidad. Esta vez, no se trata de cohetes ni de coches eléctricos, sino de una revolución biotecnológica que podría cambiar nuestra manera de interactuar con el mundo: Neuralink , su empresa de interfaces cerebro-computadora.

Según ha confirmado el propio Musk, su startup ya ha implantado con éxito los primeros chips neuronales en 12 personas , y pronto se publicarán los informes clínicos detallados de tres de los pacientes. La promesa es clara y disruptiva: mejorar las capacidades cognitivas humanas , corregir discapacidades neurológicas e incluso dotarnos de habilidades que hoy suenan a ciencia ficción.

«Vamos a darle superpoderes a las personas», declaró Musk en un reciente podcast, donde explicó que estos chips son capaces de interpretar las señales eléctricas del cerebro humano , lo que permitiría desde controlar dispositivos con la mente hasta restaurar la visión en personas ciegas.

Elon Musk sostiene que el cerebro ya funciona como una especie de ordenador, y que lo que propone Neuralink es simplemente ampliar sus capacidades naturales . Entre los beneficios más inmediatos que se contemplan, estarían la cura de enfermedades neurológicas , la recuperación de movilidad y la posibilidad de comunicarse más rápido que hablando o escribiendo .

Además, apunta a que estas interfaces también permitirían integrar inteligencia artificial con el pensamiento humano , abriendo así la puerta a una fusión mente-máquina sin precedentes. En palabras del propio Musk, «nos podremos comunicar mucho más rápido de lo que cualquier humano puede comunicarse hablando o escribiendo».

¿Qué poderes podrían desarrollarse?

Musk ha sugerido que los chips de Neuralink podrían darnos visión térmica , visión de águila , e incluso potenciar la memoria y el aprendizaje a niveles nunca vistos. También se espera que puedan tratar o incluso curar trastornos mentales como la depresión severa, el Alzheimer o el Parkinson.

El proyecto, que comenzó en 2016, ha recibido críticas por los riesgos éticos y médicos que conlleva. Sin embargo, su desarrollo sigue adelante. Este mismo octubre, Neuralink comenzará nuevas pruebas clínicas en EE. UU. , ahora con una versión avanzada del implante capaz de traducir pensamientos en texto .

La biotecnología y la inteligencia artificial caminan juntas hacia un escenario que hasta hace pocos años era impensable. Con Elon Musk a la cabeza, el debate sobre el futuro de la humanidad no solo es tecnológico, sino también filosófico y ético.

Habrá que esperar a ver los resultados concretos de estas primeras implantaciones, pero el mensaje del magnate es claro: «Neuralink puede transformar radicalmente lo que significa ser humano» .