“Quien siembra sueños, cosecha realidades”. Un dicho breve, casi inocente, pero cargado de verdad. Tal vez esa frase resonara en la mente de Pierre-Emerick Aubameyang cuando decidió remangarse, calzarse las botas y hacer historia con cuatro goles ante Gambia. A sus 36 años, el eterno capitán de Gabón volvió a ser héroe nacional, manteniendo viva la esperanza de su país en la lucha por llegar al Mundial de 2026.
Porque soñar está bien, pero los sueños, sin trabajo, no florecen. Para que la ilusión gabonesa se convierta en realidad, el equipo necesitará ganar en casa a Burundi en la última jornada y rezar por un tropiezo de Costa de Marfil, que viene de arrasar 7-0 a Seychelles. El grupo F promete una jornada final de auténtica locura, con la clasificación al Mundial pendiendo de un hilo.