Como sociedad funcionamos con códigos, normas, símbolos y protocolos que se ajustan a la mayoría. Son acuerdos invisibles que, aunque no estén escritos, permiten convivir con cierto orden. En Ñuble, como en casi cualquier lugar de este lado del planeta, uno de esos pactos esenciales es desplazarse por la derecha, ya sea a pie, en bicicleta, a caballo o en vehículo motorizado. Una regla tan básica como natural que, sin embargo, parece haberse extraviado entre las calles de Chillán, capital de la región más joven de Chile.

Lo que antes era casi instintivo hoy se desdibuja en medio del ruido urbano. La expansión de la ciudad, el aumento del parque automotriz y la falta de educación vial han generado un escenario donde las normas de convivencia se diluyen. Basta caminar por las avenidas princ

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