Vivir de alquiler en Madrid hoy es un deporte de riesgo. Si usted lo padece -como es altamente probable- o conoce a alguien cercano en esa situación -aún más posible-, sabe de lo que le hablo.
La incertidumbre de recibir una temible llamada anunciando una subida imposible de asumir; el miedo a llamar al casero para decirle que han salido humedades o que se ha estropeado el frigorífico ; el agobio ante las limitadísimas opciones de encontrar algo decente en caso de expulsión del piso en el que, a lo mejor, llevas unos cuantos años; la pena de abandonar un barrio, con todas las redes que fuiste tejiendo, porque ya no te lo puedes permitir.
Para dar respuesta a esta emergencia habitacional, con los inquilinos desamparados frente a la falta de alternativas, en mayo de 2023 entró en vigor