Una UD Las Palmas incapaz de poner a prueba al portero filial del Granada. Con 19 años y la condición de ser un excelente ‘parapenaltis’, Iker García cogió los guantes y se probó ante un equipo que no es capaz de hacer daño de cara a portería —ocho goles en nueve partidos—. Un estreno plácido y sin trabajo para firmar una noche de rosas en la que los amarillos tan solo tiraron dos veces entre los tres palos. Misiles de cartón directos al joven Iker y la etiqueta de no hacer daño sin importar el rival. Un punto de reflexión fuera de casa y la difícil tarea de buscar responsabilidad ante la falta de pólvora.

El conjunto de Luis García no termina de meter la marcha. Anoche, en el Nuevo Los Cármenes, tuvo la posibilidad de dormir plácidamente como líder de la categoría de plata d

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