El clima cumplió con su parte en el inicio del fin de semana largo, ya que con más de 27° regaló un viernes diáfano, caluroso y con cierta brisa que permitió disfrutar de la playa y hasta de la inmersión en el mar.

La ocupación hotelera –que promedió el 50 por ciento en todas las categorías, a lo que habría que añadirle las estancias en las viviendas propias– se corporizó en innumerables transeúntes que circularon especialmente por el sector costero durante la mañana y las primeras horas de la tarde.

Especialmente en los balnearios céntricos, como en las adyacencias del Paseo Hermitage, Playa Grande, Varese y La Perla, los sectores públicos se poblaron de sombrillas mientras algunos valientes se animaron al chapuzón, en un mar totalmente carente de olas. De acuerdo a los datos del Servic

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