Argentina atraviesa desde hace casi dos décadas un proceso de transformación en su matriz energética, con el objetivo de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables. En ese camino, los biocombustibles producidos a partir de la caña de azúcar y el maíz han ganado protagonismo.
“Desde 2006 el país comenzó a incorporar los biocombustibles dentro de las naftas, con un 6% de alcohol de caña y un 6% de maíz” , recordó en Chacra Agro Continental Catalina Rocchia Ferro, titular de una empresa bioenergética, integrante de la Unión Industrial de Tucumán, y una de las empresas referentes del sector. Sin embargo, advirtió que e l sistema actual, regulado por una fórmula polinómica que debería actualizar los precios, nunca se cumplió como estaba previsto.
Rocchia Ferro explicó