Mientras camina, don Mario Botache recuerda que donde ahora crecen achapos, palmas y yarumos, hace unos años solo quedaba el rastro que dejaron las sierras después de haber echado al suelo 40 hectáreas de selva . Estos senderos estrechos, pero bien definidos, son asunto reciente: por la Reserva Ecoturística Las Palmas , que en ese entonces ni siquiera existía como reserva, no pasaban turistas, sino ganado. Tampoco él recorría su tierra haciendo de guía como lo hace hoy en día, sino como ganadero.
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Fue hace 17 años que la familia Botache Galindo llegó a la vereda San Cristóbal Alto, en Florencia, Caquetá, justo en el piedemonte andino-amazónico. Quizás por eso, uno de los prime