Hay una máxima que tristemente he comprobado que se cumple siempre, para una madre que entierra a un hijo también se acaba su vida, aunque sigan viviendo y para ello se aferran a algún acicate para levantarse cada día. En el caso de Toñi —la madre de uno de los seis muertos en el accidente de la Hullera Vasco Leonesa en 2013—hay dos alicientes fundamentales, su nieta, la niña que tenía 40 días cuando murió su padre y la esperanza de que un día se haga justicia con Manolín y los otros cinco fallecidos en Tabliza. «La niña ya va al instituto», dice Toñi, que se le encienden los ojos cuando habla de ella. Lo de la justicia es una injusticia cruel, que apaga el brillo de sus ojos. Doce años esperando desde el accidente; dos años y siete meses desde que quedó visto para sentencia... «y lo peor
Los personajes del tío Ful: Toñi, madre de uno de los fallecidos en Tabliza

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