Lo dice la historia de Newell's . No es tan difícil. Sólo hay que tener memoria. Cuando las papas queman, cuando todo está de nalgas, el club siempre se reinventó con el aporte de los pibes de la casa. Y esta no parece ser la excepción. Cuando todo era confusión, nerviosismo y las piernas pesaban toneladas, hubo un pibito que tuvo el coraje de parar la pelota en el punto penal y hacer lo que casi nadie puede en este equipo: embocarle al arco.
Sí, por el atrevimiento de Facundo Guch, la Lepra salió del pantano y reaccionó. Al final fue 1 a 1. Un escueto punto, pero al menos para cortar la debacle.
Newell’s ya tiró al tacho de residuos esta temporada. Ya no le queda nada por jugar al equipo del Ogro Fabbiani que no sea defender hasta el final la camiseta y el escudo rojinegro en las cu