La revisión, en la que también fue vacunado de covid y de gripe, llega tras las especulaciones de los últimos meses sobre sus dolencias vasculares

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se sometió este viernes a un examen de salud imprevisto. Fue tan solo seis meses después del último (cuando la tradición dicta que los inquilinos de la Casa Blanca se hagan esos análisis anualmente) y después también de las sospechas sobre su estado de salud provocadas por una hinchazón en los tobillos y un hematoma en una mano. Pues bien, tras esa visita, el médico presidencial, Sean Barbarella, sentenció en un informe hecho público por la Casa Blanca a última hora del día que Trump goza “de una salud excepcional, con un sólido desempeño cardiovascular, pulmonar y de forma física”.

El chequeo se

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