María Hernández suelta el llanto al recordar que el dinero que con tanto esfuerzo ahorró durante las más de tres décadas en Estados Unidos, no los puede cobrar en México.
“No tengo nada. No tengo en que refugiarme. Me ha dado depresión y ataques de pánico y ansiedad”, dijo.
La pesadilla para María comenzó el 30 de julio cuando regresó de manera voluntaria a vivir a la ciudad de México donde nació hace 65 años.
“Yo no me regresé a México por miedo a Trump sino porque tenía muy grave, entre la vida y la muerte, a mi única hermana. Además, mi único hijo también está en México, y a mi nieta de 15 años no la conocía”. María Hernández, una aguerrida miembra de CHIRLA en Los Ángeles. (Cortesía María Hernández)
Durante los 30 años que vivió en Los Ángeles, María hizo todo tipo de trabajos