Durante décadas, la inflamación fue considerada una simple respuesta defensiva del organismo. No obstante, investigaciones recientes han transformado esta perspectiva, situando a la inflamación crónica de bajo grado como un factor central en el desarrollo y progresión de las enfermedades cardíacas. Según el artículo de la American College of Cardiology.

El documento, aprobado en septiembre de 2025, recomienda que la medición y el control de la inflamación, especialmente mediante la proteína C reactiva ultrasensible (hsCRP), se integren de manera sistemática en la práctica clínica para reducir el riesgo cardiovascular.

Estudios epidemiológicos y ensayos clínicos han demostrado que la inflamación crónica, medida a través de la PCR-us, predice de manera independiente la aparición y recurren

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