Cuando nos enamoramos es muy normal que empecemos a ilusionarnos con esa persona, sonriamos con cada uno de los mensajes que nos llegan, las llamadas hasta altas horas de la noche, y los nervios que nos dan cuando llega el día de la esperada cita. Pero llega un punto en el que este “enamoramiento” llega a ser excesivo y no tiene sentido que se vuelve una especie de obsesión que se conoce como limerencia, y estos es como puedes identificarlo.

Seguramente has visto series, películas o hasta caricaturas en donde ves que un personaje se ilusiona, enamora y pierde por completo la cabeza en una persona que posiblemente no le hace caso, o quizá le da unas cuantas señales, pero nunca se concreta nada, y esta persona sigue insistiendo y hasta sintiéndose mal porque las cosas no se concretan.

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