Ovidio Castro Medina

Naranjal (Colombia), 12 oct (EFE).- Aferrados a la convicción de que «es posible cambiar y que hay un futuro mejor», más de cien familias del caserío Naranjal, en el departamento del Valle del Cauca, en el suroeste de Colombia, han decidido sembrar frutas y café en vez de coca, con la tranquilidad de que lo que producen ya tiene comprador garantizado.

«Lo mejor de todo es que estamos logrando sacar a los jóvenes de la ilegalidad porque nuestros hijos iban a sembrar lo mismo que sus padres y sus abuelos hacían: la coca, ya que no había más qué hacer», dice a EFE Diana Cano, vecina de Naranjal y presidenta de la Asociación de Cultivadores del Cañón del San Quinini (Asoculsan).

Asoculsan agrupa a 400 productores, el 40 % de ellos jóvenes, que están apostando por el cu

See Full Page