Dua Lipa produce nervios. Puede ser antes, durante o después de conversar con ella, pero los va a sentir. No importa cuánto tiempo se tenga para entrevistarla, ni qué tan seguro, profesional o indiferente se es frente al fenómeno pop, en algún momento de la experiencia uno se sentirá como un impostor. Será imposible no sentir el síndrome, y no habrá manera de curarlo hoy, mañana o nunca.

Quizás lo más cerca que se pueda estar de alguna solución al enigma de la estrella británica-kosovar-albanesa tiene que ver con la relación ‘parasocial’ que se teje con ella. Su presencia en redes sociales, donde ostenta 88 millones de seguidores en Instagram, la hace ver cercana, pero a la vez imponente. En sus redes comparte su gusto por los libros, su curiosidad a la hora de entrevistar a sus autores f

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