Gimnasia no tiene paz. En la última bola de la tarde la suerte volvió a darle la espalda, pero a la suerte hay que ayudarla y este equipo no lo hace. ¿Mereció perder? No, sin dudas, pero tampoco hay que engañarse: los famosos detalles no son tales: el Lobo tiene poco gol, carece de fútbol, no encuentra soluciones tácticas ni de nombres y defensivamente es un tembladeral. Y no depende de la fortuna que haya perdido más de la mitad de los partidos (15 de 28) y que tenga casi el doble de goles en contra (32) que a favor (17).

El panorama es negro azabache. Un punto ante Talleres no era la salvación, pero garantizaba una semana tranquila. Ahora, Estudiantes asoma como un rival dificilísimo, porque el Lobo va a UNO de punto y el empate vale oro, más aún para el ciclo de Orfila que tiene número

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