Referente visual de Concepción, el Cerro Caracol ha sido testigo silencioso de la transformación urbana, del tránsito de generaciones y de la convivencia entre la ciudad y su entorno natural. No es solo un cerro visible en el skyline penquista, sino una memoria viva: fue defensa militar, cantera de recursos, paseo ciudadano y hoy se reafirma como símbolo identitario.

Ese legado histórico se enlaza con su presente como pulmón verde en la intercomuna, un espacio donde convergen recreación, vida comunitaria y resguardo ambiental. En sus senderos se cruzan caminantes, deportistas y vecinos, mientras su vegetación aún guarda especies nativas que requieren protección frente al avance de lo exótico.

Historia e influencia en la identidad penquista

Desde sus orígenes en el Valle de la Moch

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