Un crítico no debería (no puede en realidad) erigirse en el papel del moralista que establece lo que puede y lo que no puede decirse, o lo que puede o no puede hacerse. Simplemente no es su papel, no le pagan para eso. La conciencia individual, las normas sociales, la filosofía, la religión o la razón dirigen sin embargo sus pensamientos, y como le pagan para decir lo que piensa entonces se sienta y escribe lo que piensa. Parker, el personaje creado por Donald Westlake en una larga serie de novelas firmadas como Richard Stark, es alguien muy conocido para mí, por razones que escapan a las normas sociales, la filosofía, la religión o la razón: simplemente lo amo, como amamos tantas cosas sin hacernos demasiadas preguntas. Su aparición en el cine data de 1966, cuando Jean-Luc Godard decidió

See Full Page