En 2025, por primera vez, un fallo condenó a un hombre por explotación sexual a través de medios digitales: se trata de Fredy Junior Arturo Zea Ricardo, a quien se le aplicó una pena de 25 años de prisión. En el documento de 357 páginas al que pudo acceder PERFIL, los testimonios de las víctimas detallan desde la forma en la que fueron engañadas a través de promesas laborales falsas difundidas por redes sociales hasta la crueldad a la que eran sometidas. Es un “negocio” y un delito crece desde la pandemia: los criminales se adaptaron al contexto, pero el Estado, en su plan de ajuste, dejó de invertir en prevención y reparación a las víctimas.
Los relatos dan cuenta de una innumerable cantidad de exigencias inhumanas y degradantes, además de un estricto aislamiento y control a través de la