La espiral de desconfianza política y económica iniciada a raíz de la retahíla de errores que cometió el Gobierno a lo largo de este año, y que se agravó con el triunfo del kirchnerismo bonaerense , encontró por ahora un freno financiero con la aparición de un último prestamista de última instancia, el Tesoro norteamericano .
Pero hasta los propios norteamericanos advirtieron públicamente que su ayuda no va a servir de nada si no se genera una nueva fórmula de Gobierno, que sostenga la estabilización de acá a 2027.
Ese será el desafío principal de los próximos dos años. Frente al cual los tres actores protagónicos de nuestro sistema político puede que sigan pifiándola, o tal vez hayan aprendido algo de lo sucedido hasta aquí y hagan las cosas un poco menos mal en adelante.
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