La despoblación sigue siendo uno de los grandes retos de la España rural. Cientos de pueblos se vacían cada año, víctimas del aislamiento, la falta de servicios y las duras condiciones del entorno. Algunos acaban convertidos en ruinas. Otros, como Àrreu , en la provincia de Lleida , sobreviven gracias a la obstinación de una sola persona que se niega a dejar morir la memoria de un lugar.
Este pequeño núcleo del Pallars Sobirà , en pleno corazón de los Pirineos catalanes , es hoy el símbolo de la resistencia frente al abandono. Un rincón casi inaccesible al que no llega ninguna carretera y donde solo vive un habitante .
La historia de Arreu, en Lleida, es fascinante
Un pueblo con nombre... de origen del euskera y marcado por la tragedia
Aunque se encuentra en Cataluña, el no