La Habana . - Hace más de dos meses se encendieron las alarmas epidemiológicas en la provincia de Matanzas, a cien kilómetros al este de La Habana, pero el régimen optó por el silencio informativo y viró la cara a otro lado. Las primeras noticias fueron publicadas en las redes sociales, plataforma utilizada por los cubanos para denunciar la pésima gestión de los servicios básicos por parte de la dictadura verde olivo.

En la segunda quincena del mes de julio, una vecina del municipio Perico, provincia Matanzas, alertaba de un brote vírico “que provoca fiebre alta, náuseas, erupciones cutáneas, pérdida de apetito y un dolor horrible en todo el cuerpo. Cuesta mucho levantarte de la cama y caminar dos pasos. Algunos dicen que es una versión del COVID, otros que dengue o chikungunya”, publica

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