Washington— En una admisión sorprendente, el Departamento de Trabajo de la administración Trump reconoció que las redadas de inmigración intensificadas han devastado la fuerza laboral agrícola y creado un “riesgo significativo de escasez de alimentos inducida por shock de suministro”, según un documento presentado en el Registro Federal la semana pasada.
“El cese casi total del flujo de extranjeros ilegales, combinado con la falta de una fuerza laboral legal disponible, resulta en interrupciones significativas a los costos de producción y amenaza la estabilidad de la producción doméstica de alimentos y los precios para los consumidores estadounidenses”, establece el documento, agregando que “esta amenaza crecerá” dado el nuevo financiamiento federal para aplicación de inmigración bajo la