Hace dos semanas la actriz Alyssa Milano, una de las impulsoras del movimiento #MeToo que saltó a la fama por salir en «Melrose Place» y «Embrujadas», anunció que se retiraba las prótesis mamarias. El motivo: liberar su cuerpo que fue «sexualizado, que fue abusado», y que se puso en su día porque «creí (que era) necesario para ser atractiva, amada, exitosa y feliz».
Una decisión que cada vez toman más mujeres a partir de los 50 años (la actriz tiene 52), unas por naturalizar su cuerpo, otras por no tenerse que operar a los 70, otras porque con el paso del tiempo sus pechos no están acorde con el implante.
«En el sector se está comentando mucho este perfil de pacientes que se están retirando las prótesis mamarias. Se trata de pacientes que se operaron en el ‘‘boom’’ del aumento mamario en