Sin demeritar la lucha política contra el régimen autoritario y electoralmente fraudulento de Nicolás Maduro, la decisión de otorgarle el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado Parisca fue un acto político y geopolítico más cercano a la violencia de guerra que al reconocimiento a la Paz.
Una cosa es la definición original que dio a luz el concepto que define al Nobel de la Paz y otra cosa el reconocer que Machado Parisca se encuentra en estos momentos en un debate político-electoral que nada tiene que ver con la paz social. En el pasado, el Nobel reconocía la paz como lo contrario el conflicto bélico de la política.
Y el problema se complicó más cuando la propia activista venezolana le llamó por teléfono al presidente Donald Trump para decirle que el premio se lo habían dado tambi