Las precauciones para evitar la propagación del dengue deben comenzar por los hogares, en atención a las recomendaciones de los organismos públicos que aportan un decisivo apoyo con las fumigaciones y otras medidas tendientes a evitar la multiplicación de contagios.
Es decir, la participación de la comunidad es de enorme utilidad, sobre todo en la tarea de mantener la higiene de los sitios de posibles reproducción del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y otras afecciones.
Por su parte, las administraciones municipales deben lidiar con la limpieza de predios ganados por la basura, una tarea que compete también a la comunidad en el sentido de no alimentar esos vertederos nocivos para la salud humana.
Sin embargo, hay otras iniciativas en marcha que merecen ser difundidas y valo